Desde Udalberri-Bilbao en común, se considera que el equipo de gobierno va a remolque con esta improvisada actuación con la que pretende rescatar un Casco Viejo desertizado tras ignorar las múltiples reclamaciones de los diferentes colectivos y pequeños comerciantes que trabajan en él.
La formación piensa que a pesar del énfasis que ha puesto el Sr. Abaunza en el seguimiento de la actividad comercial y hostelera realizado por Surbisa y Bilbao Ekintza en la rueda de prensa concedida en la mañana de hoy, la realidad es que han sido otros agentes sociales y políticos, activos en redes sociales, los que dieron la voz de alarma y sugirieron la medida ahora impulsada por el ayuntamiento.
En palabras de la portavoz Carmen Muñoz: “es triste comprobar que muchas calles del Casco Viejo hayan tenido que convertirse en auténticos desiertos o monocultivos de actividad para que se hayan empezado a tomar medidas”. Una vez más, tarde, cuando ya se han cerrado, según los datos del propio consistorio, casi 80 locales comerciales minoristas. Un tipo de establecimientos muy apegados a la vida del barrio, de raíz familiar en muchas ocasiones y con mayor capacidad en la generación de empleo que otros establecimientos vinculados a franquicias o cadenas hosteleras.
Udalberri lamenta que se haya llegado a esta situación debido el Ayuntamiento no haya tenido la voluntad suficiente para buscar las alternativas legales para evitar la desregulación en estos sectores y ámbitos. La Directiva Bolkestein abrió un camino que ha sido la puerta por la que se ha colado este desastre.Como expresa la portavoz Carmen Muñoz: “en la actual situación de crisis que arrastramos desde hace años, es lamentable que los sucesivos gobiernos del PNV no hayan sabido encontrar esas alternativas legales para evitar la pérdida de empleos y actividad”.
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